A las 7 de la mañana del domingo 29 de abril, Se dejaban ver los los primeros padres de familia alrededor de la puerta principal de Colegio de Valores Humanos Sathya Sai. Todos listos para la caminata ecológica para la cual habían sido citados por sus mismos hijos y las directivas de la institución. Los esperaban afuera porque los niños estaban al interior preparando sus disfraces, recordando las canciones que cantarían por las calles de Funza y alistando las coloridas pancartas que habían preparado con esmero durante las semanas anteriores.
En algunos de los estandartes se leían mensajes en colores vistosos y dibujos a mano como “ Consume menos vive más” o “Digamos no al consumismo y limpiaremos el planeta”. La idea, igual que el año pasado, consistía en recorrer las calles de Funza cantando, recogiendo basura de las calles y llamando la atención sobre un tema especialmente delicado cuando hablamos de proteger el medio ambiente: “consumo responsable”.
El estilo de vida desenfrenado del ser humano nos ha llevado a consumir más de lo que es esencial en nuestra vida. Lastimosamente, la mayoría de productos y servicios que consumimos tienen un impacto letal en las dinámicas naturales del planeta tierra. El plástico está llenando nuestros océanos y matando la fauna marina. La industria cárnica es la principal generadora de gases de efecto invernadero, por encima de las emisiones de combustibles fósiles. Incluso los alimentos orgánicos que se encuentran en los supermercados, ahora vienen envueltos en más plástico que terminará siendo desechado en botadores municipales con consecuencias gravísimas para humanos, plantas y animales por igual.
Llamando la atención sobre este tema, nuestros niños marcharon, no solo denunciando, sino proponiendo alternativas y hábitos más saludables a la hora de consumir.
Al llegar a la plaza principal de Funza, a los pies de la bandera nacional, el grupo se organizó en un gran circulo para ver las presentaciones artísticas que los niños de cada grado había preparado. Entre bailes, rondas y disfraces, el público despertó sensibilidades frente a nuestra relación con el medio ambiente. Los niños no pararon de compartirnos estrategias aplicables en nuestra vida cotidiana para generar menos residuos contaminantes, cuidar los recursos naturales y darnos cuenta que de la vida de la tierra depende la nuestra.
A pesar del frío, las nubes se contuvieron y todo el programa se pudo llegar a cabo. Con una sonrisa en elrostro, los asistentes nos llevamos en el corazón el mensaje que los niños nos dejaron aquel día y la inspiración que nos dejaron al caminar por las calles de Funza.
